Este año la Semana Santa fue distinta a las demás. No por el país de destino, sino por dejar a un lado el camping e ir a disfrutar, esto si, como siempre, con los más pequeños de casa.
Se planteaba un viaje bonito pero a la vez complicado. Aimar tiene ya 7 años y se vale prácticamente por sí solo para todo, pero el pequeño Beñat, con dos años, tiene una vida “más complicada”.
El plan de viaje era de 5 días para visitar el parque de atracciones de Disneyland París junto con una escapada a la capital francesa en uno de esos 5 días. El avión era directo desde Bilbao y los traslados iban incluidos en el paquete por lo que todo debía ir “rodado”, aunque tuvimos nuestros problemillas que nos hicieron aprender de que las agencias de viajes no siempre hacen bien su trabajo (ejem, ejem Viajes Ecuador). Continuar leyendo…